sábado, 12 de diciembre de 2020
sábado, 21 de noviembre de 2020
sábado, 7 de noviembre de 2020
sábado, 17 de octubre de 2020
Estrategias para lidiar con Situaciones Estresantes
sábado, 3 de octubre de 2020
Cuida tu Salud Física y Mental
La Constitución de la OMS dice: «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.» Una importante consecuencia de esta definición es que considera la salud mental como algo más que la ausencia de trastornos o discapacidades mentales.
La salud mental es motivo de nuestra atención y por una buena razón. Un cuerpo saludable puede prevenir ciertas enfermedades, como afecciones cardíacas y diabetes, y ayudarte a mantener tu independencia a medida que envejeces. La salud mental es igual de importante que la salud física, y no hay que descuidarla.
Para mantener una buena salud Física y mental sigue estos 7 consejos:
1.Cuida tu alimentación
El alimentarnos de forma adecuada tiene un gran impacto en nuestra calidad de vida: significa aportar a nuestro organismo todos los nutrientes que necesita para su funcionamiento óptimo y, además, nos ayuda a mantenernos en nuestro peso, lo que reduce el riesgo de enfermedades como la obesidad, y los riesgos asociados a ella como enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2 o el colesterol alto.
2.- Evita el Alcohol
¿Sabes que el alcohol causa cada año 3 millones de muertes en todo el mundo? Esta cifra, recogida en informes de la OMS, da fe de los efectos tan nocivos que tiene el abuso de esta sustancia que, además, está asociada a más de 200 patologías y al desarrollo de trastornos mentales y del comportamiento.
Si consumes alcohol, lo mejor es hacerlo de forma moderada, es decir, no tomes más de una unidad diaria si eres mujer adulta o varón mayor de 65 años, o más de dos si eres hombre adulto menor de 65 años. Una unidad de bebida equivale a un vaso de cerveza de tamaño medio o a una copa de vino.
3.- Deja de fumar
El tabaquismo está vinculado a numerosas patologías, desde las cataratas oculares hasta el cáncer, cuyo riesgo se dobla en quienes tienen este hábito, y llega a cuadruplicarse en los fumadores empedernidos.
Además, es responsable de más del 90% de muertes por enfermedades de obstrucción pulmonar crónica y aumenta el riesgo cardiopatías y problemas cerebrovasculares.
4.-Hacer deporte
El deporte es uno de los pilares de los estilos de vida saludables.. Si crees que no tienes tiempo o que tu forma física no es la adecuada, no te preocupes. El deporte está al alcance de cualquiera. Practicar diariamente una actividad física moderada y a largo plazo, como puede ser caminar a buen ritmo durante 30 minutos, tiene numerosos beneficios para la salud.
5.- Cuida tu higiene
Aunque no puedas verlos, todo lo que te rodea está lleno de microorganismos y algunos de ellos son capaces de originar enfermedades. Por eso es muy importante mantener una buena higiene personal y limpieza del hogar.
6.- Duerme bien
Todas las funciones de nuestro organismo se ven afectadas por la falta de sueño: desde el sistema hormonal, el inmunitario o el respiratorio hasta la presión arterial o la salud cardiovascular.
Además, varias investigaciones señalan que no dormir de forma adecuada puede aumentar el riesgo de obesidad, infecciones y enfermedades coronarias.
7.-No te olvides de tu salud mental
El bienestar mental es una parte fundamental de la salud, como la misma OMS indica en su definición.
La salud mental y la física están estrechamente vinculadas, pues si una no es buena repercutirá negativamente en la otra y viceversa.
Hoy en día sabemos que el estrés está asociado a un estilo de vida menos saludable, propiciando adicciones al tabaco y al alcohol, y una peor alimentación.
Es muy importante que te preocupes de cuidar tu mente tanto como tu cuerpo.
domingo, 20 de septiembre de 2020
Comunicación Intergeneracional
Comunicación intergeneracional
El hombre, por
definición, es un animal social, es decir, que está destinado a vivir en grupo.
En otras palabras, siempre hay algún elemento que nos une a otros individuos ya
sea por motivos de raza, de cultura, de clase social o por motivos de edad,
entre muchísimos otros. Así pues, constatamos la enorme importancia que tienen
los grupos en cualquier sociedad humana.
Una generación
es un grupo de individuos de una sociedad cuyo elemento de unión es
sencillamente la edad. Sin embargo, el hecho de que varios individuos tengan
una misma edad, muchas veces supone tener muchos otros elementos en común
puesto que se ha vivido un mismo momento histórico, posiblemente se comparten
unos mismos valores, y las vivencias y las circunstancias son similares. Por
ello, el sentimiento de pertenecer a una generación puede llegar a ser muy fuerte,
aunque debemos tener en cuenta que por encima de las divisiones que marcan las
generaciones hay otras como las de clase social o de procedencia geográfica. De
modo que para definir adecuadamente que es una generación debemos tener en
cuenta que además de referirnos al hecho de pertenecer a un mismo grupo de edad
supone también compartir una forma de pensar determinada, unos valores y unas
actitudes similares, y ello comporta que cada generación adopte conductas
diferenciadas o inclusive opuestas de las de las otras generaciones.
La
comunicación según la generación
Como
hemos visto en la definición de generación, los individuos que la componen
comparten una forma de ser, unos valores y hasta un estado físico. Estos
factores (la tendencia a presentar unos mismos valores y creencias, formas de
ser y pensar) determinan las actitudes de los individuos y, por ende, su
comportamiento. Por tanto, podemos afirmar que, en general, las generaciones
comparten unas determinadas actitudes frente a la vida. Una vez más, es necesario
tener en cuenta que hay otros muchos factores que determinan las actitudes y
que en muchas ocasiones pueden tener más importancia que el mismo hecho
generacional. Aun así, es necesario recalcar que las actitudes constituyen los
componentes más importantes en la comunicación. Pensemos un poco más en ello.
En primer lugar,
las actitudes de los jóvenes son quizás las más características, visibles y
estereotipadas. Es cierto que la juventud no es una etapa estable
emocionalmente. Los cambiantes estados de ánimo del joven o de la joven: la
ansiedad, la euforia, la depresión, etc. representan obstáculos ciertamente
graves para la comunicación. Esta inmadurez emocional conlleva que el joven
crea que solo entre los miembros de su propia generación puede sentirse a gusto
y comprendido. Además, tiene una gran necesidad de sentir que forma parte de un
grupo e incluso de diluir su personalidad entre la gran masa de jóvenes Todo
ello es fruto de la enorme necesidad que tiene de creer en algo y lo que le
conduce a agarrarse ciegamente a los dogmas que le ofrece el grupo. Como
consecuencia es corriente encontrarnos que los jóvenes muestren un cierto
rechazo a las otras generaciones. Es evidente que este distanciamiento o
rechazo constituye un gran obstáculo para que fluya la comunicación
intergeneracional. Los datos obtenidos de la investigación en torno al tema de
la identidad de edad nos conducen a afirmar que en la generación de los jóvenes
el sentimiento de formar parte de un grupo es muy elevado comparativamente al
sentimiento de pertenencia que muestran los otros dos grupos de edad
establecidos. La fuerza de este sentimiento de pertenencia al grupo de edad
provoca hostilidad contra todo aquello, aquel o aquella, que no forme parte de
este grupo generacional. Estas actitudes de rechazo y hostilidad por la
necesidad imperiosa de diferenciación son especialmente presentes en el ámbito
familiar. Sin embargo, quiero insistir en el hecho de que las generalizaciones
son en sí mismas empobrecedoras y, por tanto, mis afirmaciones u observaciones
no tienen de ningún modo validez universal.
En
cuanto a la comunicación de la generación adulta, posiblemente es la menos
clasificable y la más variopinta. Si por un lado el ámbito social de la
juventud está bastante definido en la escuela, las discotecas, los bares, etc.,
el de los adultos es el ámbito laboral. Este es tan variado y complejo que es
posible que esta sea la razón por la cual sea considerada la generación más
heterogénea y menos definible. Aun así, se pueden observar hechos
generacionales que mantienen unidas a las generaciones. Asimismo, comparten
unos mismos valores y creencias que determinan su comunicación.
Finalmente, la comunicación en la
vejez está también bastante estereotipada y etiquetada como demuestran
expresiones populares como "un viejo cascarrabias" o "las
batallitas del abuelo". En efecto, un elemento que define en gran medida
la comunicación en la vejez es la experiencia vital acumulada. Esto hace que
los viejos hablen muy a menudo en un tono consejero sobre todo hacia la
generación más joven. Asimismo, otro hecho determinante en la comunicación es
la decadencia física, que en ocasiones puede hacer disminuir el poder de la
comunicación y en otras puede utilizarse como defensa o excusa.
domingo, 13 de septiembre de 2020
Distribuyendo los roles igualitarios en el hogar
El aislamiento social ha conllevado a estar más
tiempo en casa, por lo que es momento oportuno para hacer las actividades del
hogar en equipo y distribuyendo las tareas. Por ello, el Mg. Carlos Huamán,
psicólogo de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología
de la Universidad de San Martín de Porres, señala cómo influye el confinamiento
en el comportamiento de las familias.
- Los padres han fortalecido su rol como maestros y
compañeros de juegos. Se debe persistir en la educación a distancia y crear
espacios de recreación que se han visto limitados por el confinamiento.
- Se deben establecer las obligaciones básicas del
hogar, así como un horario de uso de las computadoras, el internet, entre
otros, para así generar un espacio que implique el respeto.4 Dividir las tareas
de los padres, de tal manera que no se vean afectadas las horas de trabajo y
las de convivencia con los hijos.
- El afecto, la identidad, la protección, la salud,
la educación y los valores morales deben fortalecerse en estos meses de
confinamiento. Con el transcurrir del tiempo, estos aspectos se profundizarán o
se darán prioridad a otros.
“Debido al contexto, las familias afrontan
problemas en temas económicos, de educación, de formación y de reforzamiento de
los valores morales. Creo que siempre hemos vivido con metas sobre la base de
alcanzar un bienestar material. Es bueno tener bienes, pero más importantes son
la familia y los hijos, comprenderlos, comunicarse más cara a cara, enseñarles
con el ejemplo que la verdad te libera de la incertidumbre, te aproxima al
prójimo y a la felicidad. El respeto te abre muchas puertas y te da valor como
persona”, señala Huamán.
Los cambios generacionales han influenciado el rol
educativo de las familias. Con el trascurrir de los años y la necesidad
económica, las nuevas familias se fueron perfilando hacia tener mayores ingresos
por parte de los padres y dejar la responsabilidad de los hijos a los abuelos,
los tíos u otra persona de confianza. El confinamiento ha brindado la
oportunidad de fortalecer los vínculos familiares, valorar a los parientes y
respetar la vida.
Psicología en casa
Con el confinamiento se ha creado una nueva función
familiar: la psicológica. Para las familias en las que existe algún miembro con
estrés, ansiedad y depresión sería recomendable escuchar y leer solo fuentes de
información confiables y, una vez al día, programar actividades, hacer
ejercicios físicos, desarrollar alguna actividad que nos apasione como leer,
escribir, dibujar, cantar, cocinar o pintar. Además, es recomendable hacer
ejercicios de respiración, distraerse viendo alguna serie o película, bailar o
conversar de algún tema agradable. Es importante gestionar las emociones para
evitar una tensión innecesaria entre los miembros de la familia, marcar los
límites y fomentar la paciencia.
*Información tomada del Diario El Peruano