domingo, 23 de agosto de 2020

Los Círculos de Confianza

Los Círculos de Confianza

Los círculos de confianza son una manera gráfica de representar las relaciones que establecemos, colocando a las personas que conocemos en una serie de círculos concéntricos que difieren entre sí por el grado de confianza, intimidad, atención y cuidado que ponemos en cada uno de ellos. Los círculos de confianza expresan, por ende, el tipo de relación que establecemos con las personas y cuán cerca o lejos de nosotros las percibimos.

Los círculos de confianza que componen nuestras relaciones

En el centro de ese círculo nos encontramos nosotros. A partir de ese “yo” vamos creamos diferentes círculos concéntricos en los que ubicaremos a las personas que conocemos

  1. Círculo de intimidad. Este círculo está formado por las personas más íntimas, esas en las que confiamos con los ojos cerrados, normalmente la pareja, los hijos, padres y/o hermanos. En ese círculo se encuentran esas personas a las que recurrimos cuando tenemos un gran problema y a las que les confiamos nuestros mayores secretos y preocupaciones. Son esas personas que nos cuidan cuando enfermamos, que están a nuestro lado en los momentos más difíciles y que siempre están pendientes de nosotros.
  2. Círculo de confianza media. En este círculo se encuentran aquellas personas con las que mantenemos una relación estrecha, pero no tanto. Son personas a quienes podemos pedir un favor, aquellas con las que pasamos tiempo, nos divertimos y comparten nuestra visión del mundo, por lo que podemos hablar con ellas sobre muchos temas, algunos incluso delicados. En este círculo se suelen encontrar los amigos y algunos familiares.
  3. Círculo de poca confianza. Este círculo está formado por personas con las que mantenemos relaciones, pero a las que no les contaríamos nuestros secretos y tampoco nos atreveríamos a pedirles grandes favores o a confesarles ciertos detalles de nuestra vida. Generalmente se trata de personas con quienes mantenemos relaciones circunstanciales, como los compañeros de trabajo más cercanos o familiares más lejanos.
  4. Círculo de muy poca confianza. Este círculo está formado por personas que conocemos porque hemos coincidido con ellas en diferentes ocasiones, pero con las que no hemos entablado una relación propiamente dicha. Puede ser ese vecino que saludamos al salir de casa, esa persona que trabaja en otro departamento de nuestra empresa o la dependienta de una tienda a la que solemos ir.
  5. Círculo de desconfianza. Fuera de esos círculos de confianza se encuentran los “otros”, personas desconocidas con las que no hemos entablado ningún tipo de relación o con las que hemos intercambiado algún encuentro casual pero intrascendente. Generalmente estas personas generan cierto grado de desconfianza o recelo ya que no las conocemos.

    Círculos de confianza grandes o restringidos: ¿Qué es mejor para nuestro bienestar psicológico?

    Cada vez que expandimos nuestros círculos de confianza incluyendo a otras personas en ellos derribamos un muro psicológico y acercamos distancias. Tener a nuestro lado a personas en las que podamos confiar es beneficioso para nuestra salud física y mental, no solo porque nos ayudarán cuando más lo necesitemos sino porque su mera existencia es una fuente de seguridad y confianza. Contar con redes de apoyo sólidas nos permitirá lidiar mejor con la adversidad en la vida. No cabe duda.

    Sin embargo, permitir que personas que no son fiables pasen a nuestro círculo más íntimo nos expondrá emocionalmente, dejándonos vulnerables. Si permitimos que las personas toxicas acampen en nuestros círculos íntimos quedaremos a su merced y, antes o después, sus comportamientos terminarán pasándonos factura.

    Eso significa que debemos ser más cuidadosos con las personas que dejamos entrar a nuestra intimidad. No se trata de asumir una actitud recelosa o de desconfiar,cerrándonos en un círculo tan pequeño que amenace con asfixiarnos psicológicamente,  sino de ser capaces de elegir a las personas que queremos a nuestro lado en la vida, y no dejar que sea la vida quien las coloque por azar a alguien a nuestro lado. Se trata de elegir a esas personas que pueden sacar a la luz lo mejor de nosotros y, por supuesto, convertirnos en una persona que también aporta luz a los demás.

lunes, 10 de agosto de 2020

El Bien Común



El concepto de 
bien común alude a aquello que puede ser aprovechado o utilizado por todas las personas. Dicho de otro modo: de 
un bien común pueden obtener beneficios todos los individuos de una comunidad.

A partir de esta idea, la noción se utiliza con distintos matices o alcances en diferentes ámbitos. Para la filosofía, los bienes comunes son compartidos por los integrantes de una sociedad, quienes se benefician de ellos. No se trata solo de bienes físicos, sino también de bienes simbólicos o abstractos.

El bien común, en este sentido, también es un fin de la sociedad. El Estado, como órgano rector, tiene que proteger y promover el bien común ya que éste redunda en beneficios para los habitantes. Las condiciones sociales que garantizan la libertad, la justicia y la paz y el reparto equitativo de los bienes materiales esenciales forman parte del bien común.

Cabe destacar que el bien común no se forma con la sumatoria de los bienes de cada individuo. El bien común es indivisible y solo puede alcanzarse e incrementarse a partir de la colaboración de los diversos miembros de la comunidad.

Dentro de la filosofía tenemos que destacar que se establecen una serie de características esenciales del llamado bien común. En concreto, entre las más significativas podemos destacar las siguientes:
-Se trata de algo objetivo.
-En ocasiones, puede confundirse con lo que es calidad de vida o bienestar. Sin embargo, son cosas diferentes. Así estos dos términos vienen a hacer referencia a lo que es el objetivo o meta de la sociedad pero desde un punto de vista del individuo autónomo.
-Está dirigido a satisfacer lo que es el progreso de los individuos y para eso, entre otras cosas, debe basarse en la verdad y en la justicia.
-Se encuentra ligado de forma íntima y clara a lo que es la naturaleza humana.
-Partiendo del hecho de que el bien común es totalmente opuesto al interés privado, se considera que viene a obligar al Estado. Es decir, eso significa que los poderes públicos deben, por tanto, a actuar de tal manera que busquen alcanzar aquel. De la misma manera, por tanto, se puede decir que la razón misma de los citados poderes públicos es el bien común.
-De la misma manera, se destaca el hecho de que viene a abarcar al hombre en su totalidad. Es decir, debe apostar por englobar tanto lo que son sus exigencias a nivel espiritual como físico.
-Dentro del conjunto de características que se resaltan del bien común está también que viene a obligar al ciudadano.

En el terreno de la economía, el bien común puede ser entendido de distintas maneras. Puede considerarse al bien común como algo que maximiza el bienestar socio económico de todas las personas. También como aquello que es de usufructo de la comunidad en general.

Puede sostenerse, por último, que un bien común es algo cuya propiedad no es privada (no pertenece a ninguna persona). La luz solar, en este marco, es un bien común: no puede privatizarse y es de libre disponibilidad.